Un día decidí elegir el baile como medio de escape a mi situación personal y desde ese momento, todo cambió.
Veréis, tengo 50 años y he tenido una vida llena de lucha. Mi marido, mis hijos, el trabajo, la casa… en fin, como cualquier persona normal. Todo bien, hasta el día que todo se fue al traste por muchos motivos. Todo por lo que había luchado se iba desmoronando poco a poco, bueno, todo no. Mis hijos siguen ahí, cada uno haciendo su vida pero pendientes de mi en todo momento. Pero claro, desde que mi matrimonio se rompió he pasado mucho tiempo del trabajo a casa y de casa al trabajo, hasta que un día decidí apuntarme a bailar.
Zapatos para bailes latinos
Me enteré que empezaba un curso de bachata, y, ¿por qué no? Allí me fui toda decidida intentando vencer mi vergüenza. Madre mía! Que difícil se me hacía al principio. Pero claro, no era la única que no daba pie con bola. El profesor supo hacer que nos riéramos de nosotros mismos y poco a poco le fui cogiendo el truquillo.
Quien me iba a decir a mi que a mis 48 años iba a volver a empezar mi vida social. Que si una cena por aquí, una noche de baile por allá, entre unas cosas y otras empezaba a salir más que mis hijos!! Poco a poco, esos compañeros de baile se iban convirtiendo en amigos y eso era lo raro para mí, lo mismo estaba tomando un café antes de clase con una mujer de 60 años que estaba al dia siguiente en una conversación de chicos y chicas que no han superado la treintena.
Y es que el baile es así. Nos vamos de cena y nos juntamos personas de todas la edades e igual estás bailando con un chico de tu edad que con otro de 30 y esto es así de simple.
Nos reímos, nos divertimos y buscamos cualquier excusa para salir a bailar.
El mejor zapato de baile
Que toca ir a cenar? Pues se va… Que nos vamos de baile? Pues tambien… y cualquier excusa es buena para abrir el armario y elegir el zapato para la reina del baile… yo! Jajaja. Porque bailaré mejor o peor, pero me lo paso genial con mi gente y disfruto bailando y sí, me siento la reina del baile en cuanto piso la pista.
Ahora estoy intentando engañar a mis hijos para que vengan un dia a bailar, a ver si les entra el gusanillo y consigo que se apunten. Al final lo conseguiré por pesada. Me dicen…. Mama quieres dejar de hablar del baile? Pero es la unica distracción que tengo. Me ha devuelto la alegría y las ganas de salir, arreglarme y pasarlo bien. Porque no solo tengo a los amigos de mi clase de baile, es que en el sitio donde vamos a bailar, siempre nos juntamos los mismos y da igual si cuando llego todavía no hay nadie de mi clase, ya conozco a mucha gente alli…
Hoy es jueves y para variar, tenemos cena este sabado, asi que deseando que llegue el momento salir a pasarlo bien.